LA FIGURA EN LA ACUARELA
Es común escuchar que la acuarela es muy difícil, que un error suele ser irremediable, que no hay vuelta atrás, ni margen para equivocarse. Si a esto se suma la complejidad del cuerpo humano, las proporciones correctas, la perspectiva, el equilibrio y el balance, el gesto, etc. , ciertamente puede resultar algo un tanto abrumador.
Y en efecto, es difícil. Y lo es porque todo en el arte es difícil. El arte es una de las áreas del conocimiento más áridas que hay, entre otra cosas, por aquello de que si lo puedes decir con palabras no lo pintes. Así, pintar un buen óleo es muy difícil, o un buen acrílico, o un buen pastel, o un buen carboncillo, o crear algo empleando técnicas mixtas, y en tal sentido, una buena acuarela no lo es menos. Y no sólo por el dominio de la técnica, sino por el valor artístico que finalmente pueda conferírsele.
Un acto de comunicación
El hecho de que el arte sea un acto de comunicación que no puede ser expresado a través de nuestro lenguaje regular, sino a través del lenguaje visual, en el caso de la pintura; convierte dicho acto en una fuente de interpretación infinita, atemporal, y ciertamente, muy subjetiva. Es como en el cartero de Neruda, la poesía no es de quien la escribe, sino de quien la necesita; o como una pieza de Bach, puede servir tanto para celebrar el nacimiento de un hijo, como para un funeral.
Desde un punto de vista técnico, no es que la acuarela sea más difícil, sino que es muy diferente a otros medios. Vas de menos a mas, en cuanto a los valores de la obra (bajos, medios, altos); debes preservar la mayor luz desde el inicio; la ejecución suele ser muy rápida (no así la concepción) lo que exige tener una gran claridad sobre el proceder en cada momento en un muy corto tiempo. En fin, requiere un cambio de chip, sobre todo si vienes de otros medios. Al final es una técnica, y como toda técnica, se aprende a base de trabajar en ella.
Ahora bien, en el trabajo figurativo confluye el dibujo, otro aspecto de las artes plásticas, ciertamente muy exigente, y un tema aparte que requerirá también gran trabajo. Existen muchos métodos de dibujo, a libre elección de cada quien; desde el dibujo a mano alzada hasta el traspaso de imágenes al soporte mediante proyección o papel carbón, etc.
Particularmente prefiero realizar mi dibujo a mano alzada haciendo un dibujo de contorno cuyo trazo sea evidente y se integre al resultado final a la vez que me permite cierta juego guiado a resaltar algún aspecto del sujeto con el objeto de lograr una mayor expresividad, y que me mantiene en esa eterna búsqueda de mi propio trazo. Afortunadamente en nuestro tiempo tenemos a disposición una infinidad de recursos en Internet que nos facilitan el acceso al trabajo con modelos y nos acercan a la experiencia del trabajo del natural, por lo que os animo a explorarlo y procuréis incorporarlo a vuestras prácticas como parte de vuestro trabajo diario.
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