
¿POR DONDE EMPEZAR?
Una vez que has decidido tu tema, que has visualizado un posible resultado de aquello que quieres pintar, tómate tu tiempo para planificar tu trabajo. Ante todo debes decidir el elemento principal de tu obra, lo que quieres mostrar (comunicar), lo que es más importante para ti, y así poder diseñar la manera de dirigir la mirada del espectador en esa dirección. El resto de elementos, si bien son importantes, por un lado deben estar subordinados a ese elemento principal, a la vez que te puedes servir de ellos para llevar al espectador al tema principal y mantenerlo dentro de la obra. Por otro lado, es también una oportunidad para decidir aquello que puedes dejar fuera, bien porque es innecesario; bien porque deseas destacar la ausencia de ese algo – a veces lo que no está puede ser lo más importante-.
En mi experiencia personal he aprendido que la parte más importante del trabajo con la acuarela es “pensar”. Es muy importante tener la mayor claridad posible sobre qué hacer, y cómo hacerlo, en cada momento. La ejecución de cada aspecto de tu obra con la acuarela es cuestión de un instante, por lo que debes poder resolver dicho aspecto con pocas pinceladas, seguras y firmes, y esto lo lograrás precisamente porque sabes lo que tienes que hacer y cómo hacerlo. Tomate tu tiempo para pensar. Elabora tu “paso a paso”; planifica una ruta que seguir.
Son más las veces en las que te encuentras en situaciones en las que las circunstancias de tu tema, sea del natural o una referencia fotográfica, carecen de interés pictórico, por falta de luz, o por exceso de ésta, o porque estás constreñido a un punto de vista que no puedes escoger, o cualquier otra circunstancia de este tipo. Por ejemplo, has llegado un poco tarde a una sesión con modelo y los mejores puestos ya han sido ocupados, y además, la luz es pobre. Y así, una infinidad de casos, y mientras no logras procurarte una situación ideal, debes seguir trabajando. Haz bocetos; saca tus propias fotografías de referencia; analiza tu tema, siéntete libre de modificar la realidad, quita elementos, incluye otros, prueba una imagen espejo, etc.
El siguiente es un breve estudio de un tema con una referencia fotográfica que he adquirido en Posespace.com y que trabajamos en una clase hace algunas semanas.

Como podéis observar es una fotografía que revela de un modo muy diáfano y claro cada aspecto de la escena, y lo hace con mucha sobriedad. Se puede observar en detalle cada elemento, la luz es directa y expone absolutamente todo; cada rasgo de la modelo, un vestido blanco, algo de comer, etc., y me parece una referencia fotográfica que ilustra muy bien lo que os he comentado antes, y es fantástica para ejercitar nuestra creatividad. Para mi, trabajar dicha referencia fotográfica tal cual se presenta no me interesa mucho, por lo que he decidido hacer algunos cambios que creo pueden funcionar con el objeto de hacerla más interesante.

De este modo, tras hacer un efecto espejo de la imagen, la he recortado con el objeto de acercarme más a la escena y así poder centrarme en la acción de la modelo, y luego he recreado unas condiciones de luz diferentes a las de la fotografía de referencia para producir contrastes más interesantes, dándole así un mayor protagonismo a la luz.
Ciertamente, tienes toda la libertad de hacer todas las modificaciones que desees. Puedes incluir un fondo acorde con al escena, como por ejemplo, unas montañas, o un horizonte marino. Puedes modificar lo que come la modelo, el vestido, el color de su pelo, etc. teniendo en cuenta el no crear distracciones que alejen al espectador del motivo principal y lo confundan al punto de no saber qué está viendo.

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